A menudo oigo en muchas conversaciones una colección de expresiones muy comunes, seguramente aprendidas (es mi caso, a través de escucharlas desde pequeño mas o menos de forma constante en el tiempo). Me refiero a aquellas que dicen: “Hay que ser humilde siempre” o “La humildad es lo primero” o “La humildad te abrirá todas las puertas” y así tantas otras. Y tengo que decir que estoy básicamente de acuerdo. La humildad, entendida como la cualidad primordial que hace que podamos entender y razonar que no somos poseedores de la verdad ni de la realidad, es un elemento imprescindible para poder crecer y progresar. Decía el filósofo chino Lao-Tsé
“Saber que no se sabe, eso es humildad. Pensar que uno sabe lo que no sabe, eso es enfermedad.”
Lo que pasa es que con demasiada frecuencia solemos confundir el concepto y cuando disponemos de potencial, de talento, de algo que podemos poner encima de la mesa que otros o no tienen o tienen en menor medida, “por ser humildes” no lo sacamos, lo guardamos y continuamos, a los ojos de los demás, siendo magníficas personas, pero con poco más valores intrínsecos que ese.
Sucede también que esta circunstancia redunda en que poco a poco merme nuestra propia autoestima. Se comienza a valorarnos menos no solo en el trabajo sino en la vida, como si realmente no tuviéramos nada que aportar. Y pasamos con frecuencia a una segunda fase en la que si por casualidad un día mostramos un mínimo atisbo de lo que atesoramos, el resto nos observa extrañados y en un amplio porcentaje de los casos, incluso nos arrepentimos y pedimos perdón por “no haber sido humildes”.
Ser humilde no significa que no puedas y debas mostrar tu talento, ni pedir perdón por si alguien se ha sentido ofendido el día que lo has mostrado. Ser humilde no significa que no puedas aportar soluciones, creatividad, acción decidida, resolución de problemas donde otros no los ven. Ser humilde no significa, como dice la canción que se muestra al final del post, dejar pasar, desaprovechar, desperdiciar, parte de tu vida. Ser humilde significa poder hacer todo eso sin arrepentirse de nada y seguir reconociendo que, con todo, seguimos sin estar en posesión de la verdad y queremos seguir aprendiendo. Ser humilde significa brillar y que tú brillo ilumine a los demás sin que tú dejes tu búsqueda permanente de la fuente de esa luz. Y no desaprovechar tu oportunidad.
Y si quieres brillar y continuar brillando a través del aprendizaje continuo y por el momento no te crees capaz de llevarlo a cabo sola o solo, llámame y hablaremos de eso. Descubrirás que, como decía el escritor suizo Henri Amiel “La verdadera humildad consiste en estar satisfecho contigo mismo”. Prueba y me cuentas.
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Don’t go with your song still inside you, Let it guide you, everyday. We all know that it’s good to be humble, but don’t mumble, your life away
(No vayas con tu canción solo en tu interior. Deja que te guíe todos los días. Todos sabemos que es bueno ser humilde, pero no dejes pasar tu vida)
Ethan Lipton & His Orchestra – Song Inside You ( De la película “The shift” )
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