En el campo de batalla de la gestión de equipos de trabajo, los conflictos ocultos acechan como minas invisibles listas para explotar bajo la superficie, destrozando la cohesión y la productividad.

Cada día llegan a mis ojos y oidos más testimonios de la preocupación que este tema genera en las empresas, que empiezan a ser conscientes de que la polarización de la sociedad en bandos, no solo está en Twitter/X, sino que también se extiende a la arena empresarial.

Hay verdaderos profesionales del conflicto. Disruptores de la necesaria convivencia laboral, que a partir de algún hecho concreto, empiezan a socavar el terreno como topos.

 

Como responsables o jefes de equipo ocupados en que todo funcione bien engrasado, es hora de modelar a Sherlock Holmes y olfatear estos disruptores encubiertos, antes de que las minas sembradas detonen.

En esta labor casi detectivesca, pero hoy por hoy, vital como el nivel de oxígeno en una nave espacial, os dejo varias señales que deberíais seguramente tener en cuenta, fruto de muchos años detectándolas yo mismo en labores de consultoría.

Yo que tú las apuntaría, forastero (si es que quieres evitar que todo esto no te pille con el paso cambiado).

 

Señales de conflictos en el equipo de trabajo que debes tener en cuenta

 

1. Pistas de comunicación:

Atento a los “dicharacheros” y sociables de tu equipo si, de repente, se han quedado callados o sus conversaciones ahora tienen un aire de formalidad ¿Un parón en las bromas o sesiones de brainstorming que se convierten en sesudos y formales monólogos? Ojo, que pueden ser luces rojas que indiquen problemas.

Cuando el rio no suena, puede que alguien haya cortado el agua, cuando suena mucho, puede que haya inundaciones.

 

2. Escollos en el rendimiento:

Cuando el rendimiento flaquea -no se cumplen los plazos, la calidad decae, el entusiasmo se desploma-, no hay que atribuirlo simplemente a la cercanía de la declaración de hacienda. Puede que sean señales de socorro de un equipo asediado silenciosamente por luchas internas.

Recuerda, nada envenena el ambiente tanto como los chismes sediciosos que se escuchan junto a la máquina del café.

 

3. El cuerpo habla:

Olvídate de las palabras; los cuerpos son los que dicen la verdad. ¿Notas a alguien que de repente se cruza de brazos y mira hacia abajo durante las reuniones? Averigua si es sólo timidez casual o incomodidad que grita en silencio. El lenguaje no verbal dice muchísimo más de lo que creemos.

¿Dificultades para decodificarlo? Pues probablemente pueda venirte bien un pequeño curso sobre rapport a partir de PNL o de escucha activa. Pregúntame si quieres a través del botón de whatsapp de esta página.

 

4. Información privilegiada:

Las tropas sobre el terreno son las primeras en ver las fisuras. Fomenta una cultura en la que no sólo se acepte detectar y comunicar las vibraciones extrañas, sino en la que se tenga en cuenta la importancia de hacerlo.

Ah, y no valen solo las instrucciones claras, sino además deberías desplegar tu necesaria capacidad de influir positivamente para que tus planes salgan bien. De lo contrario, esas tropas pueden pensar que les estás pidiendo convertirse en chivatos y te puede salir el tiro por la culata.

 

Recuerda, nada envenena el ambiente tanto como los chismes sediciosos que se escuchan junto a la máquina del café. Share on X

 

Por el humo se sabe donde está el fuego, pero…

 

Como el líder que debes ser, es hora de ser proactivo. Es mejor no esperar a que salga humo para reconocer el fuego. Emplea las reuniones periódicas también como termómetro para medir la temperatura del equipo y no olvides profundizar en los contactos personales. Detecta las señales y pon coto a las disputas y las influencias negativas para mantener a tu equipo unido y centrado.

 

Es mejor prevenir que curar, ya sabes. Y si crees que algo de esto está pasando en tu empresa y no tienes tiempo o medios suficientes para ocuparte, puedes agendar una reunión online conmigo a través del formulario de más abajo. Prometo, al menos, darte ideas sobre qué puedes hacer con ello.