Justo ayer, dia 13 de Marzo, presentaba mi ponencia con el mismo título dentro de las jornadas que mi amigo Félix López, como Director del Sek Lab, organizaba en la sede de la madrileña calle de Almagro, de la Universidad Camilo José Cela, a propósito de la Startup Europe Week. Semana en la que todavía estamos y que se celebra en toda Europa con ánimo de difundir lo que se está haciendo en el ecosistema emprendedor y más concretamente en el área “disruptiva” de las llamadas start-ups.
El evento contó con unos magníficos ponentes. Representantes de aceleradoras e incubadoras de empresas, gestores y dinamizadores de fondos venture específicos para invertir en start-ups, inversores privados (esos business angels, tan relevantes para los nuevos proyectos) y en general, personas muy relacionadas con el aporte de valor al sistema emprendedor, entre otros, René de Jong, Nacho Villoch, Beatriz Imedio, Jesús Alonso Gallo, Paloma Castellano, o mi gran amigo Javier Moral, por citar algunos.
A mi me tocó ser un poco “disruptivo” entre tanto disruptor. Lo digo porque en un evento como este no es usual hablar de coaching. Pero la filosofía de la Startup Europe Week es que se expongan ideas que puedan beneficiar al ecosistema emprendedor. Y entre ellas está por derecho propio poder contar cómo el coaching y el emprendimiento se pueden llevar y de hecho se llevan, de maravilla.
Yo los asemejo a un matrimonio de conveniencia, con beneficio mútuo y recorrido mucho más allá de lo que puede ser una relación ocasional. El ciclo del emprendedor, ese que va desde la idea a la consolidación del negocio, se sujeta fundamentalmente en tres vectores: Lo operativo, lo financiero y lo personal. Es labor del emprendedor mantener los tres muy “sanos” para que el ciclo , se lleve a cabo en las mejores condiciones.
Expliqué el beneficio que puede aportar el coaching al emprendedor argumentando que, en lo operativo y en lo financiero, lo necesario puede procurarse desde fuera del emprendedor, pero no así en lo personal. Cada impacto, venga del exterior (cuando se emprende, tu entorno emprende contigo y la familia, pareja, amigos, etc… se ven afectados por lo que pase y tu recibes esa consecuencia) o venga de sí mismo (dudas, problemas, toma de decisiones difíciles, incertidumbre) , es un impacto sobre su equilibrio emocional, sobre sus reservas de energía y sobre su motivación. Por tanto, es un impacto sobre el propio negocio, esté en la fase que esté de su ciclo.
Hice saber a los presentes que el coach puede trabajar sobre esa parte. Facilitar que el emprendedor encuentre dentro de sí mismo las respuestas. Esas que automáticamente ahorran la energía empleada en contestarlas para solucionar ciertos problemas. Energía que debe ser usada fundamentalmente para el propio funcionamiento del emprendimiento, sin que tenga que ser desperdiciada en resolver las presiones exteriores o en las dudas.
Ambas generan estrés y desequilibrio emocional, que es en el fondo tan malo como la falta de capital. Y además, cómo el coaching en pymes, emprendedores y start-ups está aplicado directamente sobre el motor del negocio, es mucho más efectivo y con un retorno de inversión más rápido que en una empresa grande consolidada.
Pude decir que la labor que hacemos los coaches pasa por facilitar la toma de decisiones, sostener emocionalmente al emprendedor, ayudar al diseño correcto del objetivo desde la idea inicial y hacer reflexionar sobre cómo llegar a dicho objetivo en las mejores condiciones y con el camino más recto y sencillo. Todo ello trabajando conjuntamente con el emprendedor para que busque dentro de sí mismo todas las palancas, recursos y herramientas que le hacen falta para solucionar esos problemas que antes no podía solucionar.
Y sobre todo pude explicar exactamente quienes NO hacen coaching, con un argumento muy sencillo, como es el que nosotros NO le decimos al emprendedor lo que tiene que hacer a diferencia de otros profesionales que sí lo hacen. Esa es la diferencia con los que dicen que “hacen coaching” y los que lo hacen de verdad. Creo que, con todo ello, cumplí mi misión.
Gracias a Félix, a la Camilo José Cela y al Sek Lab por la oportunidad de poder hablar de coaching en un evento tan importante y al público que asistió, por escucharme y darme la oportunidad de la explicación.
Larga vida al matrimonio del coaching y el emprendimiento. La conveniencia es mutua.
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