A veces he escrito posts para aclarar ciertos aspectos relacionados con el proceso del coaching y cuáles son los efectos que consigue en quienes lo realizan. En éste quisiera detenerme sobre qué significa exactamente el/la coachee (en la jerga, la persona sujeto del coaching) dentro del proceso y que mejoras evidentes logra el coaching en las personas aumentando el nivel de sus recursos. 

En primer lugar, esa persona (nunca el coach) es el protagonista de todo proceso de coaching. Es ella quien se compromete consigo misma para trabajar y conseguir unos objetivos concretos, ya sean profesionales o personales.

Mi papel como coach es ser su agente del cambio. Yo le facilitaré manejar su incertidumbre, sus propios recursos y herramientas para iniciar, transitar y concretar su camino de crecimiento personal y/o profesional.

Una de las reglas del coaching es partir de considerar a la persona como un ser completo. Por ello y por definición, para un buen coach nadie necesita coaching. Esa es la razón de que deba ser la propia persona quien tome la decisión de iniciar el proceso libremente, si es que no se considera a sí misma completa.

Esto implica en primer lugar la asunción de su compromiso consigo misma y a continuación, su predisposición para desaprender y aprender, estar abierta al diálogo y a la autorreflexión y buscar oportunidades de desarrollo, no solo a través del proceso del coaching, sino además a través de clases, talleres, seminarios y lecturas.

¿Y que consigue la persona?

Mediante un proceso de coaching bien trabajado la persona se adueña de su vida y toma el control sobre la misma, pues:

  • Elige su situación y su estado.
  • Aprende a modificar lo desagradable.
  • Reconoce sus fortalezas y puntos de mejora.
  • Maneja con honestidad sus errores, para no convertirlos en fracasos y sí en oportunidades
  • Diseña su propio plan para alcanzar el éxito, su objetivo deseado, confiando siempre en los resultados y permaneciendo enfocado en la acción.

Con todo ello, a través ese proceso, la persona obtendrá una mejoría significativa de diferentes recursos personales, tales como:

  1. Su capacidad de adaptación a los cambios.
  2. La priorización de sus valores y compromisos.
  3. Su capacidad para renovar y restaurar en lo dañado sus relaciones personales o profesionales.
  4. Comunicarse mucho más eficazmente y con más beneficio.
  5. Su motivación y estimulación por los resultados que pueda obtener.
  6. Su predisposición a pensar, hablar, razonar, emprender y actuar positivamente.
  7. Y el más importante tal vez de todos ellos: Manifestar todo su potencial.

El más difícil de todos los pasos es siempre el primero, pero todos recordamos la sabia cita del filósofo chino Lao-Tsé : “Un camino de mil millas comienza con un solo paso“. El esfuerzo no es gratuito, pero la recompensa es mucho mayor, por las mejoras evidentes que logra el coaching en las personas.

Una vez tomada esa decisión, el trayecto, siempre de mi mano y con mi apoyo constante no solo en las sesiones sino en los periodos de reflexión entre las mismas,  será un trayecto de transformación y aprendizaje, lleno de sentido y armonización.

Recuperar nuestra esencia, lo que nos hace diferentes y únicos, el control de la propia vida y la capacidad para vivir y trabajar con éxito es parte de la recompensa ¿te animas?

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